LLEGAN LAS “ZONAS DE BAJAS EMISIONES”: ¿TIENE ESPAÑA LA INFRAESTRUCTURA ADECUADA PARA LOS VEHÍCULOS ELÉCTRICOS?

El elevado coste de adquisición de los vehículos, una menor autonomía y la escasez de puntos de recarga son algunos de los motivos por los que muchos conductores y empresas todavía se resisten al vehículo eléctrico.

Precisamente, ese último punto, la falta de zonas donde cargar el coche, es uno de los temas que más preocupa. España cuenta con algo más de 16 000 punto de recarga. Sin embargo, el objetivo es alcanzar los 45 000 en 2023.  Una cifra muy difícil de lograr al actual ritmo. Pese a todo, el 28% de las empresas ya tienen o prevén tener vehículos eléctricos en sus flotas en los próximos tres años, según Arval. Poder conducir en zonas restringidas al tráfico en las ciudades se encuentra entre los principales motivos para decantarse por el coche eléctrico.

 

Generar menos emisiones contaminantes, racionalizar el gasto de combustible y cuidar la imagen pública de la empresa se encuentran entre los principales argumentos de las compañías para sumarse al vehículo eléctrico y, como hemos comentado, la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) también es una razón de peso. Y es que nada menos que 149 localidades españolas y unos 25 millones de usuarios se verán afectados por esta medida. Desde ahora, los municipios de más de 50 000 habitantes deberán poner en marcha las conocidas como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Esta medida también afecta a los territorios insulares y a los que tienen una población superior a 20 000 personas si superan los valores límites de contaminantes regulados.  De esta forma, se trata de restringir la entrada a los núcleos urbanos de aquellos coches que más contaminan, para reducir la polución. Así, los vehículos con etiqueta 0, correspondiente a coches eléctricos e híbridos enchufables, y los que tienen etiqueta ECO (vehículos de gas e híbridos), son los únicos que pueden circular libremente sin restricciones. Los primeros no tienen ninguna limitación.

 

El Gobierno de España quiere que haya 5 millones de vehículos eléctricos en circulación en 2030. Por lo tanto, es importante avanzar en la electrificación de las ciudades y de la red de carreteras para llegar a los 110 000 puntos de recarga en 2025, y a los 340 000 en 2030. Desde el Observatorio de Electromovilidad de Anfac señalan que España no alcanzará el objetivo de 45 000 puntos de recarga previstos para este año, algo necesario para cumplir con las exigencias de los objetivos europeos, y marcados a nivel nacional por el PNIEC para 2030.

 

Además, los puntos de carga en España son, principalmente, de baja potencia.  De los 793 nuevos puntos de recarga instalados recientemente, 418 puntos corresponden a potencias de hasta 22 kW. Esto quiere decir que la red nacional de puntos de recarga continúa siendo mayoritariamente de carga lenta, representando el 81% del total de la infraestructura. En el último trimestre se han instalado un total de 307 nuevos puntos de recarga por encima de los 50 kW, asociados a la carga rápida con tiempos inferiores a los 40 minutos. Aquí hay que señalar que el 89% de los puntos de recarga de acceso público de alta potencia son proyectos de fabricantes de automóviles.

 

Sin embargo, aunque los puntos de recarga públicos son importantes, también lo es contar con estos puntos en las residencias. De hecho, un reciente estudio de Bloomberg señala que el 90% de las recargas se realizará en domicilios particulares.

 

La movilidad en las ciudades está cambiando. Sin embargo, siempre debe hacerse bajo la premisa de conseguir que esta sea más segura, sana y sostenible. Es importante trabajar de manera conjunta para conseguir que la forma en la que nos queremos mover se implante respetando esos tres criterios y, por supuesto, ofrecer puntos de recarga suficientes es una manera clara de impulsar la movilidad eléctrica y de cumplir con las condiciones de acceso a las Zonas de Bajas Emisiones.

 

AUTOR:

Fundación MAPFRE