Verano y su influencia en la salud mental

El verano, a pesar de ser una época esperada por las vacaciones, puede afectar negativamente nuestra salud mental. Factores como el aumento de la temperatura, la sequía y la contaminación contribuyen a un incremento en los trastornos de ansiedad y depresión.

El verano puede ser una época desafiante para la salud mental debido a factores ambientales, sociales y personales. Reconocer y gestionar estos factores mediante el autocuidado y la planificación realista puede ayudar a mitigar los efectos negativos y a disfrutar más plenamente de esta estación. Si los síntomas de estrés o ansiedad persisten, es importante buscar ayuda profesional.

Factores que influyen

  • Calor y Ansiedad: El calor puede causar síntomas similares a los de la ansiedad, como ahogo y opresión, lo que puede confundir y agravar los problemas de salud mental.
  • Movilización Emocional: El verano trae consigo una mayor exposición a la luz solar, lo que puede elevar los niveles de serotonina y mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, el cambio de rutinas y la presión social por disfrutar al máximo pueden generar ansiedad.
  • Presión Social: La necesidad de participar en actividades sociales y la preocupación por la apariencia física pueden aumentar la ansiedad y la inseguridad.

Señales de Alarma

  • Irritabilidad y Cambios de Humor: Indicadores de que el estrés del verano está afectando el bienestar emocional.
  • Problemas de Sueño: Dificultad para conciliar el sueño o mantenerlo, y sentirse cansado durante el día.
  • Desgaste Emocional y Apatía: La frustración por no cumplir con las expectativas veraniegas puede llevar a una tristeza inexplicable y falta de interés en actividades que usualmente se disfrutan.

¿Cómo evitar que el verano nos afecte a nuestra salud mental?

  1. Mantener una Rutina: Establecer hábitos regulares para mantener una sensación de estabilidad.
  2. Evitar Comparaciones: No tratar de cumplir con los ideales sociales sobre el cuerpo perfecto.
  3. Establecer Expectativas Realistas: No anticipar de manera ideal el verano, permitiendo así disfrutar de las experiencias.
  4. Seguir el Propio Ritmo: Respetar las preferencias personales al elegir vacaciones y actividades.
  5. Dedicarse Tiempo: Reservar espacios para actividades personales que ayuden a reducir el estrés.
  6. Disfrutar del Presente: Aprender a vivir el momento y no dejar que las preocupaciones cotidianas impidan disfrutar plenamente.
  7. Desconectar Digitalmente: Limitar el uso de dispositivos electrónicos para reducir el estrés asociado a las responsabilidades laborales y relajarse.

Estamos acostumbrados a llevar un nivel de vida estresante y rutinario durante todo el año. Aprovechemos el verano para desconectar y disfrutar. Un parón para recargar energía y volver a la rutina con más ganas. Dale a tu cuerpo y a tu mente lo que necesita.

“A veces es necesario desconectar, para reconectar con más ganas