Comprende lo que tus emociones quieren decirte
Es importante hablar de las emociones, pero comprenderlas a nivel corporal y descifrar el mensaje subyacente que nos transmiten puede ser fundamental para nuestra salud física y mental.
La comunicación no verbal se refiere a un conjunto de señales emocionales que se activa cuando dos personas están cara a cara.
En nuestras interacciones, nos comunicamos a niveles tanto conscientes como inconscientes, aprovechando nuestros sentidos para obtener la información necesaria que nos permita tener una opinión sobre los demás, más allá de lo que se dice con palabras.
Vanessa Guerra, autora de “El lenguaje corporal de las emociones”, cuenta que esta es la forma en que el cuerpo se comunica, transmitiendo estados emocionales y mentales sin el uso del lenguaje verbal.
También menciona que, a menudo, el cuerpo selecciona aquellas experiencias internas de las que no somos plenamente conscientes, transformándolas en información relevante sobre nuestras vivencias.
Guerra sostiene que las señales corporales que percibimos de nuestro interlocutor influirán en las nuestras.
Por ejemplo, si nos encontramos con un amigo que muestra signos de tristeza o desánimo, pronto nuestra actitud reflejará su estado emocional para amoldarnos al de él.
En otras palabras, empatizaremos, lo que nos llevará a emitir señales corporales muy similares, sincronizando posturas, gestos, expresiones faciales e incluso el tono de nuestra voz.
Este hecho ocurre de forma inconsciente y se conoce como rapport.
No obstante, la especialista señala que una de las características del lenguaje corporal que más le fascina es su relevancia en los procesos de autorregulación y co-regulación emocional.
Esto significa que mediante nuestro cuerpo podemos regular y manejar no solo nuestras propias emociones, sino también las de los demás.
El cuerpo como un repositorio de experiencias acumuladas
Se ha hablado bastante sobre la relevancia de activar el cuerpo para desarrollar músculo, adelgazar y aumentar la movilidad, así como los beneficios de la actividad física en la salud mental.
Sin embargo, según Guerra, este también es un método invaluable para liberar emociones reprimidas.
“Las emociones son energía que nos incitan a actuar en determinadas situaciones. Cuando rechazamos el impulso de una emoción y optamos por reprimirla, la energía que se genera y que no se transforma en acción permanece estancada en el cuerpo.”
En este contexto, la terapia corporal cobra importancia para manejar esa tensión emocional.
“Muchas personas notan una transformación estructural en su cuerpo tras liberar la tensión que oprimía sus músculos y su composición física”, menciona la experta.
Vanessa Guerra ofrece en su libro un fascinante análisis sobre las emociones, mostrando en qué partes del cuerpo se manifiestan y cómo impactan físicamente.
La ira:
Surge cuando nos sentimos intimidados o cuando algo obstaculiza el logro de nuestros objetivos.
Aunque es una emoción compleja, si se gestiona adecuadamente, puede actuar como el motor que necesitamos para avanzar en la vida y establecer límites.
La verdadera dificultad radica en aprender a controlarla para que no nos controle ella a nosotros.
En el cuerpo, se refleja con gran tensión, especialmente en la parte superior (hombros, brazos y expresión facial), y es una de las emociones que más nos impulsa a movernos.
El miedo:
Es una reacción emocional básica y fundamental, pero nuestra sociedad la ha normalizado en exceso, dificultando que adoptemos otros puntos de vista.
Cuando nos dejamos llevar por el miedo, solo percibimos obstáculos, barreras, lamentos y negatividad.
Guerra cuenta que las personas que tienden a respirar por la boca suelen experimentar este tipo de emociones con mayor facilidad y frecuencia.
Por ello, resulta crucial mantener un patrón de respiración adecuado, lo cual no solo será beneficioso para la memoria, sino también para prevenir estados que puedan ser contraproducentes o dañinos para nuestro bienestar.
Físicamente, notaremos una sensación de agitación, la impulsividad provocará ansiedad y el deseo de asumir más obligaciones de lo necesario.
Esto puede traducirse en tensiones en la parte superior de la espalda y el cuello, así como en migrañas recurrentes.
La tristeza:
Esta emoción se caracteriza por tener una energía muy baja.
Cuando la sentimos, nuestro ritmo se ralentiza y nuestro cuerpo nos insta a detenernos para atender el dolor que sentimos.
Guerra menciona que tendemos a evitar confrontar emociones que requieren más atención, aunque en situaciones de pérdida, nuestra psique y nuestro organismo necesitan interiorizar lo vivido a través de un tiempo de calma y reflexión.
Podremos notar cambios físicos en nosotros mismos, como un encorvamiento de la postura, con los hombros inclinándose hacia adelante y las miradas dirigidas al suelo.
Esta manifestación a veces puede ser confundida con aburrimiento.
Sin embargo, es fascinante explorar más a fondo y descubrir que tras esa apatía frecuentemente se oculta tristeza.
La alegría:
La especialista establece una conexión entre esta emoción y sentimientos como la compasión y la gratitud.
La alegría por sí sola tiende a ser efímera y superficial, lo que contradice algunas creencias comunes.
Además, ahonda en el hecho de que muchas veces oculta una actitud complaciente en vez de una verdadera felicidad.
Nos invita a reflexionar sobre si nuestras sonrisas realmente reflejan lo que sentimos internamente.
Las señales del cuerpo son evidentes: rostro sereno, ausencia de tensión muscular en los hombros y espalda, así como una respiración profunda desde el abdomen.
En conclusión, aprender a interpretar las señales que nos transmiten los demás es crucial para mejorar nuestras relaciones interpersonales y afinar nuestras habilidades sociales.
No obstante, también es esencial conectar con las señales que nos envía nuestro propio cuerpo.
Esto no solo fomenta el autoconocimiento, sino que también nos ayuda a identificar bloqueos inconscientes y evitar comportamientos que no estén alineados con nuestros verdaderos pensamientos o deseos.
“Escucha lo que tu cuerpo te dice, es tu vehículo para disfrutar de la vida.“