Resopón o recena saludable

 

  1. En el patrón de dieta mediterránea, los alimentos suelen repartirse en varias comidas, siendo el almuerzo y la cena las dos principales, y otras como el desayuno y las meriendas de media mañana y media tarde, tienen importancia relativa en función de los horarios, actividad física o las costumbres.
  2. El “resopón” o “recena” sería aquella ingesta de alimentos o bebidas posterior a la cena que puede estar o no programada y que, en general, tiene sentido siempre que la cena haya sido muy temprano o demasiado ligera, o haya alguna situación de salud que la requiera.
  3. La recena es un recurso dietético habitual para complementar el resto de ingestas y aportar un extra de nutrientes clave como proteínas y energía, en el tratamiento de la desnutrición o su prevención en personas con alto riesgo de sufrirla, por ejemplos personas muy mayores o pacientes hospitalizados, entre otros.
  4. También puede ser una opción en las personas con alto gasto de energía, por ejemplo, deportistas en la etapa de recuperación de pruebas o entrenamiento intensos para aportar un extra de minerales, vitaminas, proteínas y energía, o en periodos de carga de energía previos a pruebas de alta intensidad y desgaste.
  5. Otro colectivo en los que la recena es una opción habitual, es el de personas con diabetes o con problema en el metabolismo de los carbohidratos, que necesitan distribuir estos nutrientes en diferentes tomas en el día para mantener niveles de glucosa óptimos, pero al igual que en el resto de casos, deben formar parte de un plan dietético planificado.
  6. En población general el “resopón” no debería ser habitual, y en su caso, debería tenerse en cuenta la energía que aporta, especialmente cuando no transcurren al menos entre 4-5 horas desde la cena hasta la hora de ir a dormir.
  7. En general, el “resopón” podría incluir una amplia variedad de alimentos saludables, donde prevalezcan los de fácil digestión y se eviten los de alta densidad energética y bajo valor nutritivo como bollería, dulces, carnes procesadas, aperitivos fritos y/o salados, etc.
  8. Los alimentos pueden ser similares a los que se usan en las meriendas, ajustando las raciones y los horarios, a las necesidades nutricionales y costumbres de cada persona.
  9. Leche o yogur bajos en grasa, frutas frescas y desecadas, infusiones sin cafeína, hortalizas frescas, frutos secos y semillas no saladas, patés vegetales, pan integral con quesos frescos, pescados o fiambres magros, galletas de aceite de oliva, o excepcionalmente, repostería casera a base de aceite de oliva, harinas integrales y controlada en azúcar.
  10. Una recena habitual a base de alimentos ricos en energía y en horarios cercanos a la cena, pueden suponer incremento del riesgo de sobrepeso y obesidad, así como procurar descansos menos reparadores.

AUTOR:

Academia Española de Nutrición y Dietética