Primeros auxilios básicos en caso de accidentes leves en la vivienda (cortes, quemaduras, golpes…)
1. Manos: si sufrimos un corte, una quemadura o algún percance similar, lavarnos las manos con agua y jabón antes de hacer las curas ayudará a prevenir el riesgo de infección. Además, también será bueno utilizar guantes de látex durante el proceso.
2. Gasas: podemos utilizar gasas estériles para curar cualquier herida, puesto que hay que evitar siempre el algodón y los pañuelos de papel porque pueden dejar residuos que se adhieren a la herida y que podrían infectarla.
3. Limpieza: para limpiar una herida, se retira la suciedad con cuidado utilizando gasas estériles. En caso de que haya objetos o cuerpos extraños clavados no hay que intentar sacarlos; será necesario acudir al centro de salud.
4. Hemorragia: si la herida sangra, ejercer una fuerte presión con una compresa o tela limpia sobre esta ayudará a que la hemorragia desaparezca.
5. Toques: una herida debe secarse con pequeños toques y nunca fregando.
6. Secar: siempre que sea posible —que el ambiente lo permita, la lesión no sangre y sea poco profunda y no haya riesgo de infección— se puede dejar que la herida cicatrice al aire libre, sin cubrirla. Por el contrario, si se trata de una quemadura, lo mejor es que permanezca cubierta con gasas para evitar la contaminación.
7. Enfriar: una pequeña quemadura que nos hayamos hecho en casa se puede enfriar con agua fresca y limpia.
8. Médico: antes de aplicar cualquier crema o gel sobre una herida y, especialmente en una quemadura, debemos consultar con el médico de familia o farmacéutico.
9. Frío: ante cualquier contusión, golpe, hematoma, sobrecarga, esfuerzo o esguince podemos aplicar frío sobre la zona afectada. Algunas formas de hacerlo son utilizando bolsas de cubitos o agua fría, bolsas de gel que pueden comprarse en las farmacias o bolsas de guisantes congelados. Sin embargo, hay que tener presente que no debemos aplicarlas directamente sobre la piel, ya que provocarían una quemadura. Es mejor envolverlas en un paño o una tela limpia.
10. Calor: cuando se produce una contractura muscular fruto de la repetición de una posición forzada durante un largo tiempo —haber dormido en mala posición o tras un largo viaje en coche, por ejemplo— podemos aplicar frío sobre la inflamación durante las primeras 24 horas y, a partir del día siguiente, calor. Entre las posibilidades para aplicar calor se encuentra la almohadilla eléctrica, la bolsa de agua caliente o la bolsa de gel que puede comprarse en las farmacias.
11. Vacunas: En el caso de que no esté correctamente vacunado frente al Tétanos, o no tenga seguridad de ello, debe acudir a su centro de salud, para la valoración por el personal sanitario si es necesario aplicar un refuerzo de la vacuna antitetánica, ya que está indicado después de ciertas lesiones. Si no conoce cuál es su estado vacunal frente al tétanos, debe consultarlo con su médico.
AUTOR:
Dr. Guillermo Soriano Tarín. Médico. Asociación Española de Especialistas de Medicina del Trabajo.