Estar mucho tiempo en interiores puede afectar a nuestro bienestar
Solemos pasar mucho tiempo en sitios cerrados, y más a raíz del COVID-19 y las medidas de prevención como el teletrabajo.
Este cambio nos hace darnos cuenta del aumento que se ha producido de este mal hábito en los últimos años.
Nicola Elliott, experta en bienestar y fundadora de NEOM, afirma que pasamos el 90% de nuestro día en interiores cuando, hace 15 años, no pasábamos más del 10%.
Pero esta circunstancia no viene dada solo por los cambios sufridos a raíz del COVID-19.
Este hecho se debe también al ritmo de vida sedentario y a la dependencia extrema de pantallas y tecnologías que nos restan calidad de vida.
Si nos ponemos a pensar realmente cuánto tiempo pasamos a diario al aire libre, nos daremos cuenta de que es muy poco o nada.
Por lo general, nuestra forma de vida se resume en permanecer en nuestros hogares, ir al trabajo en medios de transporte sentados y permanecer en nuestro puesto de trabajo, también en un lugar cerrado.
Después volvemos a casa de la misma manera y, cuando hacemos alguna actividad física, suele ser también en un sitio cerrado, como un gimnasio.
Este hecho se aleja mucho de las dos horas recomendables que deberíamos pasar al aire libre.
Ser conscientes de esto debería llevarnos a reflexionar sobre ello, sobre las consecuencias que acarrea en nuestra salud y en las maneras existentes de evitarlo.
Necesitamos luz natural para dormir mejor por las noches
Según el doctor experto en sueño, Javier Albares, el día fabrica la noche y al momento del sueño hay que llegar descansado.
Durante el día, es necesario que haya actividad física, luz natural, una limitación de pantallas, contacto social y rutinas apropiadas en las horas anteriores para tener un descanso de calidad.
Es por este motivo, que el trastorno de insomnio está tan ligado al estilo de vida que llevamos y a la falta de luz natural.
Albares explica que el tiempo que pasamos en interiores, sin luz natural y con un exceso de pantallas, sobreinformación y multitarea, es lo que afecta a la sincronización de nuestros relojes biológicos.
Afectando todo esto al estado de ánimo, así como al funcionamiento de nuestros órganos internos.
Estar encerrados afecta al transcurso del envejecimiento
Pasar tiempo al aire libre es una característica que tienen en común las personas más longevas de zonas donde la esperanza de vida es mayor.
La luz natural regula los ritmos cardiacos, lo cual está directamente relacionado con el proceso de envejecimiento.
Según explica el doctor Vicente Mera en su libro Joven a cualquier edad, la luz solar es uno de los controladores principales de los ciclos circadianos, cuyo correcto funcionamiento es esencial para mantener la calidad de vida y la armonía del proceso de envejecimiento.
Por otro lado, el doctor Olivier Courtin-Clarins afirma en su libro Guess my age if you can, que la privación de sueño, ocasionada también por la falta de luz solar, afecta al metabolismo y al estrés oxidativo.
Nuestra forma de comer también se puede ver afectada
Pasar mucho tiempo en interiores conlleva una serie de hechos en cadena.
Por ejemplo, el insomnio influye en las hormonas relacionadas con la sensación de hambre y saciedad, y la falta de luz empeora nuestros hábitos alimenticios.
Según Mera, existe una estrecha relación entre los trastornos del sueño y la alimentación.
La falta de descanso puede acarrear problemas en la liberación de la leptina (la hormona de la saciedad), liberada en la fase del sueño profundo.
La falta de luz natural incide en nuestro estado de ánimo
Solo necesitamos apreciar la manera en la que nos sentimos tras pasar un día al aire libre para darnos cuenta de la forma en la que realmente afecta a nuestro estado de ánimo y humor el estar en interiores.
Albares explica que la luz natural es imprescindible para regular nuestro estado de ánimo y los diferentes ritmos biológicos, puesto que también incide en los niveles de serotonina.
La psicóloga Pilar Conde añade que estar al aire libre mejora nuestro estado de ánimo, puesto que facilita la regulación emocional y disminuye los niveles de estrés y ansiedad, así como también mejora nuestros hábitos de sueño y alimentación.
En conclusión, al principio puede costarnos un poco quitarnos el hábito de pasar tanto tiempo encerrados en interiores.
Hay algunas alternativas que pueden ayudar a conseguirlo, como, por ejemplo, salir a caminar o practicar actividades que nos motiven.
Los seres humanos no hemos nacido para quedarnos encerrados, necesitamos sol y libertad para ser realmente felices. Protege tu calidad de vida.
“Estar en contacto con la naturaleza hace la vida más hermosa y real.”