Nutrición en el embarazo

 

  1. Un buen estado nutricional antes y durante el embarazo es clave para la salud de la madre y del bebé. El equipo de profesionales de la salud (ginecólogo, médico de familia, dietista-nutricionista) será el encargado de asegurar el adecuado aporte de energía y nutrientes, y preparar a la madre para un parto óptimo y para la lactancia.
  2. La ganancia de peso durante el embarazo, puede variar dependiendo del peso anterior, que será el que determine el plan de alimentación. Así, en mujeres con exceso de peso, en vez de usar dietas de adelgazamiento, se debe invertir en reconducir los hábitos hacia una alimentación saludable.
  3. Aunque las necesidades de nutrientes son muy similares al de resto de mujeres, la embarazada debe suplementarse en ácido fólico, así como en vitaminas A y D, y minerales como el calcio, hierro y zinc, si se sospecha que la ingesta de estos nutrientes pueda ser deficiente.
  4. La suplementación en yodo, no sería necesaria si se asegura el uso de sal yodada y se consumen dos raciones de lácteos (no ecológicos), en caso necesario, será el profesional sanitario el que tome la decisión tras la valoración de hábitos alimentarios y valora el estado nutricional. No se deben tomar suplementos sin la supervisión del equipo sanitario.
  5. Las mujeres gestantes deben seguir una dieta tipo mediterránea con una amplia variedad de alimentos saludables, mayoritariamente de origen vegetal, como frutas y hortalizas, granos integrales y sus derivados, legumbres o frutos secos, y otros de origen animal (lácteos, pescados, carnes muy magras y huevos), bajos en grasa y en sal, así como agua como bebida principal.
  6. Se deben evitar los alimentos procesados ricos en sal, grasas saturadas y/o azúcares, como la bollería, comida rápida o refrescos, limitar las bebidas con cafeína, y excluir las bebidas con alcohol y cualquier remedio natural como fitoterapia o complementos alimenticios sin la supervisión de un profesional sanitario.
  7. Una alimentación vegetariana bien planificada puede cubrir todas las necesidades en el embarazo y solo se deberá suplementarse en los mismos nutrientes que en una mujer no vegetariana, cuando así lo determine el equipo sanitario de acuerdo a su estado nutricional y patrón alimentario.
  8. Por seguridad, las mujeres embarazadas deben evitar el consumo de frutas y verduras crudas que no hayan sido desinfectadas previamente, las carnes, pescados, mariscos o huevos, crudos o poco cocinados y sus derivados como la mahonesa casera, lácteos crudos y derivados como algunos quesos o la leche cruda, pescados azules de gran tamaño, agua de pozos sin higienizar, algas, embutidos curados, vísceras y derivados como los patés, y las cabezas de gambas y cuerpos de cangrejos.
  9. El control de los síntomas más habituales en el embarazo, como las náuseas y vómitos en los primeros meses o el reflujo y estreñimiento, pueden abordarse con medidas dietéticas sencillas como la elección de alimentos y técnicas culinarias o el fraccionamiento de las comidas a lo largo del día, que los profesionales sanitarios podrán individualizar según el caso.
  10. Se debe mantener un estilo de vida activo, ajustando el tipo y duración de los ejercicios a cada caso pues ayudará a regular el apetito, mejorar algunos síntomas gastrointestinales y a controlar el peso corporal

 

AUTOR:

Academia Española de Nutrición y Dietética