Reloj circadiano
Nuestro reloj biológico interno
Seguramente hayas escuchado que «nuestro cuerpo funciona como un reloj», y es una expresión que se acerca mucho a la realidad. Tenemos dentro un reloj, un reloj biológico interno, que determina nuestro ciclo de sueño/vigilia y que recibe el nombre de ritmo circadiano. Este ritmo tiene consecuencias directas en todos los procesos biológicos de nuestro organismo, afectando a la actividad, al comportamiento, al metabolismo y, sobre todo, a nuestro sistema endocrino.
En resumen: nuestra salud depende de este reloj, que ha de mantenerse perfectamente ajustado.
¿Cómo funciona este reloj?
La maquinaria central de nuestro reloj biológico está situada dentro de nuestro cerebro, en una estructura que recibe el nombre de hipotálamo. Este reloj se ajusta gracias a la melatonina, también llamada la «hormona del sueño», que le indica a nuestro cuerpo cuándo debe descansar, sincronizándose con la noche, y cuando estar alerta porque es de día.
Cuando hay luz solar, es decir, cuando es de día, nuestro organismo no segrega melatonina y nos mantenemos despiertos; por el contrario, la oscuridad provoca su secreción, lo que favorece el sueño. Durante el sueño, el máximo nivel de melatonina corresponde a los niveles mínimos diarios de ritmo cardíaco, presión arterial y temperatura del cuerpo.
Existe otra hormona en nuestro organismo que influye en nuestro reloj biológico interno: el cortisol, también conocida como la «hormona de la activación o del estrés», con un efecto contrario a la melatonina: sus niveles máximos se dan durante el día y los mínimos durante la noche.
¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando se desajusta el ritmo circadiano?
Un ciclo de sueño adecuado depende de que los niveles de melatonina sean máximos durante la noche y mínimos por la mañana, pero esto no es siempre así. Existen diferentes factores que pueden provocar que esa secreción de melatonina no sea la adecuada, apareciendo en nuestra sangre antes de tiempo, o por el contrario, más tarde de lo necesario. Este desajuste respecto al ciclo de luz natural, provoca alteraciones del sueño, que a su vez desencadenan una serie de cambios que afectan directamente a nuestra salud.
Nuestro organismo funciona con luz natural, pero debido a nuestros hábitos sociales, al uso de dispositivos electrónicos, a recurrir a iluminación con luz artificial, nuestro organismo recibe señales irregulares que desajustan nuestro reloj interno. Esto no solo afecta a nuestro sueño, sino también a nuestro estado de ánimo, a nuestro sentido del humor, e incluso a nuestra fisiología, incluyendo al sistema endocrino.
La luz solar varía cíclicamente, de forma natural, a lo largo del día, poniendo en hora nuestro reloj biológico interno, pero nuestros hábitos, nuestra alimentación y nuestra vida social pueden desajustar nuestro reloj interno.
La combinación entre nuestro reloj interno, nuestra interacción social y nuestros hábitos de sueño, determinan nuestra salud, por eso, mantener en hora nuestro reloj interno nos hace estar más saludables.