Nomofobia

Nomofobia

La nomofobia es un tipo de ansiedad que se manifiesta como un miedo irracional a estar separado del teléfono móvil.
Esta condición refleja la necesidad de una persona de estar siempre conectada y la angustia que surgen cuando no puede acceder ni seguir todas las publicaciones en la red.

El desarrollo tecnológico, la globalización, la conexión continua a la red y la dependencia de las redes sociales, son algunas de las razones por las que muchas personas experimentan malestar al estar desconectadas o al no tener su teléfono móvil a mano.

Esta reacción ha recibido el nombre de ‘nomofobia’, una adicción emergente, derivada de la expresión ‘no-mobile phobia’ (“miedo a estar sin móvil”).

Este término se popularizó tras un estudio realizado en 2008 por la Oficina de Correos del Reino Unido, donde se reveló que el 58% de los hombres y el 47% de las mujeres encuestados compartían este temor.

Hoy en día, la nomofobia no se clasifica de manera oficial como una enfermedad o trastorno conductual.

Sin embargo, su impacto en la salud general puede ser significativo, afectando negativamente en diversas áreas como la física, emocional y social, según señala Asunción Lago Cabana, directora del instituto Noa en Sevilla, especializado en salud mental y adicciones.

Entonces, ¿qué es la nomofobia?

En términos generales, se trata de un temor irracional a estar desconectado del teléfono móvil, fenómeno que ha surgido por el uso inadecuado de las nuevas herramientas tecnológicas de la información y comunicación.

Este término se refiere a la necesidad constante de que una persona esté conectada y a la angustia que siente al no poder acceder a la información o interactuar con lo que se publica.

Según afirman Begoña Sánchez y Víctor Amar, especialistas en Educación de la Universidad de Cádiz, las personas que experimentan esta condición no consiguen actuar ni sentirse bien, ya que piensan que les falta algo o que están desconectados de la realidad tecnológica.

Un estudio de la empresa de telefonía OnePlus, afirmó que en España un 81% de los jóvenes de 18 a 35 años sufre nomofobia.

Esto los sitúa como los ciudadanos europeos más vulnerables a este temor irracional de no tener el teléfono en funcionamiento, solo por detrás de los italianos con un 82%.

No hay estadísticas oficiales sobre este trastorno que, según el instituto Noa, se origina por diversas causas, incluyendo el uso del móvil a una edad temprana y la falta de regulación sobre el tiempo de uso y los contenidos a los que se accede.

Asimismo, también puede surgir a causa de la falta de seguridad personal, problemas de autoestima o momentos de frustración.

Internet y los aparatos electrónicos se han convertido en elementos claves de la vida contemporánea.

En 2022, solo en España el 94,5% de los individuos de entre 16 y 74 años utilizó internet, lo que equivale a aproximadamente 33,5 millones de usuarios, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La acción más frecuente, tanto hombres como mujeres, fue el envío de mensajes instantáneos, a través de plataformas como WhatsApp, Skype y Messenger.

Según el informe Digital de Hootsuite, los españoles invierten una media de 2 horas y 48 minutos al día navegando por internet desde sus teléfonos.

En la actualidad, casi el 95% de los niños de entre 10 y 15 años accede a internet, según las estadísticas del INE, y el 69,5% de los menores de 15 años posee un teléfono móvil propio.

Anna King, especialista del Instituto de Psiquiatría de la Universidad Federal de Río de Janeiro, menciona en su investigación que la nomofobia se considera “el trastorno del siglo XXI”, el cual se manifiesta como un sentimiento de incomodidad o ansiedad al estar desconectado, tanto del móvil como del ordenador.

Según ella, la clave que diferencia lo que es normal de lo que es patológico radica en la interferencia de esto en la vida cotidiana.

Ana León Mejía, docente en la Universidad de Salamanca, ilustra este punto con el siguiente ejemplo:

Si un día salimos de casa y nos hemos olvidado el móvil, lo habitual sería sentir cierto malestar o preocupación por perdernos algo importante.

Sin embargo, si este olvido desencadena ansiedad o un intenso malestar, sería necesario considerar que podríamos estar enfrentando un problema.

“En otras palabras, la fobia va más allá de una simple preocupación, ya que nos generará un malestar significativo”, concluye.

Nomofobia

¿Cuáles son los signos de la adicción al teléfono móvil?

De acuerdo con el Instituto Noa, las personas que sufren de nomofobia suelen manifestar ciertos comportamientos característicos:

  • Tienen el teléfono encendido en todo momento.
  • Se sienten ansiosos si no saben dónde se encuentra su móvil, si pierden señal o si la conexión es inestable.
  • Revisan constantemente la pantalla para comprobar si han recibido mensajes o llamadas, incluso cuando no están esperando nada.
  • Usan el dispositivo durante horas antes de dormir y lo consultan inmediatamente al despertar.
  • A menudo poseen más de un dispositivo y siempre llevan consigo el cargador.
  • Pasan cada vez más tiempo con sus dispositivos móviles, descuidando otras actividades como estudiar o salir con amigos.
  • Mantienen pocas interacciones sociales, comunicándose habitualmente a través del teléfono.

¿Cómo prevenirlo y manejarlo?

Al igual que en otras adicciones, la clave radica en la prevención.

Existen medidas simples que pueden ayudar a evitar que el uso excesivo del móvil desemboque en una dependencia severa o en un trastorno más grave.

Entre las más eficaces se encuentran:

– Eliminar aplicaciones que consideremos innecesarias, como los juegos que nos distraen.

– Evitar el uso del móvil durante las comidas.

– Silenciar las notificaciones para reducir distracciones.

– Instaurar horarios para revisar el dispositivo y limitar su tiempo de uso.

– No consultarlo mientras estamos hablando, comiendo o disfrutando del tiempo con otros.

– No utilizarlo como despertador, ya que esto puede alterar nuestro ciclo de sueño.

– Cargar el teléfono fuera del dormitorio.

– Realizar salidas cortas sin llevar el móvil.

Es crucial reconocer que no necesitamos tener acceso al teléfono todo el tiempo y comprometernos a un uso responsable de la tecnología.

En situaciones más graves, será necesario buscar ayuda profesional. El tratamiento variará según el nivel de autocontrol que posea cada individuo.

Si aún hay capacidad de control, se trabajará hacia una reducción gradual de la dependencia del dispositivo.

Si la ansiedad se vuelve inmanejable, será necesario un tratamiento intensivo bajo la supervisión de un profesional de salud mental, que nos asista en el manejo de las emociones negativas mientras se logra el proceso de desintoxicación.

“Cuando la tecnología domina y ordena tu vida, eres su esclavo. Si es una herramienta que no te aleja de las personas que amas, es tu aliada.