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Protege tu salud mental durante las vacaciones

La depresión en invierno es un hecho que forma parte de los trastornos afectivos estacionales (TAE), especialmente pronunciado en el mes de enero.

De hecho, el Día Mundial de la Depresión, conmemorado cada 13 de enero, pone el foco en una enfermedad mental muy común, afectando, según la OMS, a alrededor del 3,8% de la población.

El doctor Víctor Navalón, psiquiatra en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, enfatiza que, así como es crucial cuidar nuestro bienestar físico, también resulta fundamental proteger nuestra salud mental para poder disfrutar de una vida plena, llena de energía y felicidad.

Con el final de las festividades navideñas, regresar a la rutina puede convertirse en un desafío, ya que la Navidad representa un período cargado de celebraciones y encuentros con amigos y seres queridos, y ese vacío se siente en enero.

También agrega que, para muchos, esto significa el final de unas vacaciones, ya sean cortas o extensas.

La combinación de menos horas de luz, un clima adverso y la “resaca” emocional de las festividades, crea un escenario propicio para la tristeza y la depresión.

Por otro lado, el temor a no poder trabajar o la inseguridad que nos produce el no hacer nada durante las vacaciones puede acarrear serios problemas de salud.

En la actualidad, desligarse del trabajo durante las vacaciones se ha vuelto una tarea desafiante.

Resulta complicado escapar de la rutina laboral debido al vertiginoso ritmo de vida que llevamos, en el que gran parte de nuestro tiempo transcurre en una oficina.

Este inconveniente se hace más visible durante nuestros días de descanso.

Uno de los principales problemas de estar constantemente atentos al trabajo y no saber desconectar ni en épocas de vacaciones son los dispositivos móviles.

La obsesión por el móvil y la preocupación por las redes sociales pueden convertirse en un verdadero riesgo para nuestra salud, un fenómeno que se ha denominado el síndrome de la hamaca.

María Flores Pinel, psicóloga y coordinadora de la Asociación Nacional de Psicólogos en Acción (ANPSA), comenta que solemos alcanzar un ritmo acelerado incluso en nuestras vacaciones, sin permitir que nuestra mente se adapte adecuadamente.

Por otra parte, el trabajo nos brinda una sensación de propósito y productividad, y durante las vacaciones nos cuesta replicar esa sensación, cuando debería ser todo lo contrario.

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Estar constantemente alerta, como sucede al trabajar todos los días, puede generar una fase de adaptación que precise de varios días.

Aquellas personas que se encuentran constantemente enfocadas y entregadas a su trabajo, pueden enfrentar dificultades al intentar relajarse, ya que tanto el cuerpo como la mente no saben cómo proceder.

Todo esto podría dar lugar a una ansiedad significativa en el momento de desconectar.

El presidente de la Sociedad Española de Psicología y psicólogo clínico adjunto en el Hospital Universitario Miguel Cervés de Zaragoza, Javier Prado Abril, sostiene que es fundamental distinguir entre el síndrome de la hamaca, que se clasifica como un problema de salud mental, y el simple malestar.

También nos explica que tenemos que ser cautelosos al emplear términos como depresión vacacional.

Según el doctor Navalón, es fundamental acudir a un profesional y buscar un diagnóstico clínico para determinar el origen de la depresión.

No es lo mismo un trastorno afectivo estacional, que se presenta de forma gradual, que una depresión crónica.

Las variaciones que se producen en el entorno, dependiendo de las circunstancias, pueden servir como un disparador al que debemos prestar atención.

Es esencial normalizar y contextualizar adecuadamente algunas situaciones de malestar, evitando el uso de terminología clínica que podría llevar a la psicopatologización de reacciones que son comunes y naturales en la vida diaria.

Asimismo, Javier Prado, junto con numerosos colegas, señala que, por lo general, las vacaciones se asocian al descanso, aunque también pueden incluir gran actividad, creando un marcado contraste entre la rutina laboral y la rutina vacacional.

Este efecto de contraste tiene un impacto significativo.

Según lo afirmado por muchos expertos en el ámbito de la salud mental, el trabajo conlleva ciertos riesgos y no debe monopolizar nuestra vida.

Es esencial abordar este asunto desde el inicio, cuidando las condiciones laborales y gestionando cualquier dificultad emocional o psicológica que pueda surgir en relación a ello.

Cuando resolvamos estos obstáculos, estaremos libres de cualquier preocupación laboral y podremos relajarnos en nuestras vacaciones.

Ejercicios para salvaguardar nuestra salud mental

1. Relájate en espacios verdes para mejorar la oxigenación del cerebro y evitar los ambientes contaminantes:

Es importante recordar que el cerebro utiliza aproximadamente el 20% del oxígeno del organismo, lo que contribuye a nuestra energía y capacidades cognitivas.

2. Practicar actividad física:

En particular, el ejercicio aeróbico es beneficioso para la producción de neuronas.

El ejercicio cardiovascular también ayuda a acelerar el ritmo del corazón, lo que resulta en un mayor beneficio para el cerebro.

3. Mantener una adecuada hidratación:

Según la OMS, la cantidad de agua que debe consumir una persona es aproximadamente de un litro por cada 35 kilos de peso.

La deshidratación es un elemento que impacta negativamente en la salud cerebral, puesto que la falta de agua frena procesos esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro.

4. Probar la famosa dieta mediterránea:

La alimentación en general es crucial para la salud cerebral.

Cada vez hay más pruebas que demuestran la conexión directa entre una buena nutrición y el desarrollo del cerebro.

Es fundamental incluir en la dieta frutas, verduras, legumbres, semillas, cereales integrales, frutos secos, pescados azules y grasas saludables.

5. La lectura:

Leer propicia una mayor actividad cerebral y refuerza las conexiones neuronales.

Varios estudios destacan la lectura como un factor clave para incrementar la reserva cognitiva.

6. Salir con amigos:

La interacción social altera el funcionamiento del cerebro, activando un mayor número de neuronas con más fuerza cuando estamos rodeados de buena compañía.

Por lo tanto, es importante cultivar nuestras relaciones sociales de manera saludable.

7. Fomentar la actividad social y salir de casa es fundamental:

Interactuar con otras personas y estar actualizado contribuye a conservar una mente ágil.

Sumarse a grupos, clubes o actividades solidarias también permite forjar nuevas amistades.

8. Desafiar a tu mente:

Llevar una vida dinámica, alejándose de la inactividad, incentivar ejercicios que requieran esfuerzo mental y buscar novedades que representen desafíos para el intelecto.

“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar.