Mindful eating y gastrofísica
¿Alguna vez has sentido pesadez después de comer, incluso molestias en el estómago por haber ingerido más de la cuenta?¿O has tomado tu comida tan rápido que ni siquiera te has dado cuenta de que estabas comiendo?
Estas son algunas consecuencias de una alimentación no consciente. A menudo, llevamos una vida tan acelerada que no prestamos atención a lo que comemos.
En el ámbito de la nutrición, han surgido dos conceptos que están cobrando importancia por su facultad de cambiar la forma en que las personas se relacionan con la comida: el mindful eating y la gastrofísica.
Aunque son criterios distintos, comparten un objetivo común: elevar el disfrute de la comida con una actitud consciente y estimulando todos los sentidos.
La alimentación consciente, también conocida como “mindful eating”, consiste en enfocar toda la atención en el acto de comer, no solo apreciando el sabor, sino también los aspectos emocionales y físicos presentes en cada bocado.
El propósito de esta técnica es conectar a las personas con sus verdaderas necesidades, fomentando decisiones más saludables y una mayor satisfacción a la hora de comer.
Beneficios para la salud del Mindful eating
Un estudio de Harvard Health revela una fuerte relación entre la mente y el estómago, ya que, durante el proceso digestivo, una serie de señales vinculan el intestino con el sistema nervioso central.
En este lapso, el cerebro necesita casi 20 minutos para asimilar que el estómago se está llenando.
Comer de manera involuntaria, es decir, de prisa, puede llevar a problemas de sobrealimentación y trastornos metabólicos.
Por otro lado, practicar el “mindfoodness” o la atención plena al comer, presenta múltiples beneficios para la salud:
1. Fomenta la concentración
Al dedicarte conscientemente a la comida y enfocar toda tu atención en ello, estás entrenando tu capacidad de concentración.
Este ejercicio es útil para mejorar la atención en diversas actividades cotidianas.
2. Facilita la distinción entre el hambre emocional y el hambre físico
En ocasiones, recurrimos a la comida para aliviar nuestras emociones, buscando satisfacer necesidades no vinculadas al hambre física.
Un ejemplo de ello es cuando comemos motivados por el aburrimiento, la pena o la ansiedad.
Si estamos conscientes, podemos distinguir entre el hambre emocional y el hambre corporal.
3. Optimiza el control de tu peso
Al prestar atención a la comida, como su textura o sabor, estamos ejercitando el autocontrol.
Este autocontrol es fundamental para regular nuestra ingesta alimentaria y lo que realmente necesitamos consumir.
4. Disminuye el estrés y la ansiedad
Evitar la ingesta compulsiva nos hace ser más conscientes de nuestro estado emocional.
Así, al mantenernos presentes y atentos, logramos aliviar los sentimientos de agobio y preocupación.
5. Favorece la pérdida de peso
Tomarse tiempo para disfrutar de la comida nos ayuda a identificar cuándo estamos satisfechos, lo que resulta en una disminución del peso corporal.
10 pasos para practicar la Alimentación Consciente
- Minimiza las distracciones: apaga el móvil, la televisión y cualquier otro dispositivo.
- Si dispones de poco tiempo, coloca una alarma y evita mirar el reloj hasta que suene.
- Parte la comida en pedazos más pequeños o, incluso, puedes usar un plato o una cuchara más pequeños para reducir la cantidad.
- Siéntate para comer.
- Percibe los sabores que te vienen, especialmente en los primeros bocados.
- Antes de comenzar a comer, mira los alimentos, sus colores y texturas, y recuérdate que haces esto por tu propia salud personal.
- Prueba a comer con la mano contraria a la que normalmente usas.
- No te fuerces a terminar todo el plato.
- Después de cada bocado, deja los utensilios en la mesa.
- Pregúntate cómo te sientes: ¿Vas con prisa? Date permiso para sentir y conocerte mejor.
Por otra parte, la gastrofísica es una rama científica que estudia cómo nuestros sentidos y el entorno inciden en la apreciación de los alimentos, y no se limita únicamente al sabor.
Aspectos como el color de un plato, el ruido del entorno o incluso el tacto de los utensilios pueden impactar significativamente en nuestra experiencia gastronómica.
Fusionando el Mindful eating y la gastrofísica en el sector alimentario
Las empresas de alimentos y bebidas se encuentran en constante búsqueda de nuevas formas de establecer conexiones emocionales con sus consumidores.
Tanto el mindful eating como la gastrofísica proporcionan herramientas muy útiles para alcanzar este objetivo.
Además, las marcas pueden utilizar el mindful eating para animar a un consumo más consciente y deliberado.
Una visión que conecta particularmente con los consumidores actuales, quienes anhelan experiencias más reales y enriquecedoras con los productos que adquieren.
Un claro ejemplo es cómo el estilo de la presentación, el color del plato e, incluso, el sonido de un entorno, pueden cambiar radicalmente nuestra percepción de un producto.
Aquí entra la cuestión de por qué algunos restaurantes optan por vajillas más específicas o por qué algunos platos parecen más apetitosos cuando se acompañan de melodías suaves.
Estas elecciones no son al azar. Están fundamentadas en estudios científicos que revelan que cada uno de nuestros sentidos desempeña un papel crucial en la experiencia gastronómica.
Asimismo, la gastrofísica presenta una forma innovadora de enriquecer la experiencia del consumidor mediante la estimulación multisensorial.
La fusión entre el mindful eating y la gastrofísica está transformando nuestra conexión con los alimentos, animándonos a ser más conscientes tanto de lo que comemos como de la manera en que lo hacemos.
Igualmente, nos brinda la oportunidad de aprovechar el potencial multisensorial de los alimentos para generar experiencias más ricas y memorables.
Estos planteamientos no solo están revolucionando nuestro disfrute personal de la comida, sino que también brindan a la industria alimentaria una oportunidad de conectar de forma más genuina y sólida con sus consumidores.
Finalmente, estas tendencias ofrecen a quienes desean innovar en el sector alimentario nuevas posibilidades para establecer conexiones más profundas y sensoriales.
No es necesario ser un experto en neurociencia o ciencias sensoriales para implementarlas. Solo es cuestión de estar dispuesto a adoptar una visión de la alimentación más global y emocional.
“Escucha a tu cuerpo y aprende a incrementar la felicidad con una alimentación consciente.“