¿Qué otros métodos, además de los parches, pueden ayudar a dejar de fumar? ¿Cuál es más eficaz?

Además de las ya reseñadas (parches de nicotina, hipnosis, acupuntura…) hablaremos de otras estrategias que, con mayor o menor éxito, ayudan o intentan ayudar a abandonar el hábito tabáquico:

 

BUPROPION. Es un fármaco antidepresivo. Se desconoce el mecanismo de acción por el cual ayuda a dejar de fumar. El 18-23% de pacientes no fuma tras un año. Más del 10% puede tener insomnio.

 

VARENICICLINA. Produce un efecto de alivio en los síntomas de abstinencia y de reducción de los efectos gratificantes de la nicotina. El 22-23% de pacientes no fuma tras un año. Debe tenerse especial precaución en pacientes con alteraciones psiquiátricas subyacentes y suspender el tratamiento en el caso de ideación suicida.

 

RIMONABANT. Actúa a nivel de los receptores cannabinoides. Algunos estudios demuestran –de manera limitada- que 20 mg de rimonabant aumentan cerca de 1,5 veces la probabilidad de dejar de fumar a largo plazo.

 

INHIBIDORES SELECTIVOS DE LA OBTENCIÓN DE LA SEROTONINA (IRSS). Son fármacos antidepresivos como el prozac® o el seroxat®. No ayudan a dejar de fumar a largo plazo.

 

ASESORAMIENTO TELEFÓNICO. El asesoramiento telefónico ayuda a dejar de fumar. Hay más probabilidades de dejarlo cuantas más llamadas se efectúen.

 

EJERCICIO.  Ensayos clínicos han facilitado pruebas de que el ejercicio ayuda a abandonar el hábito de fumar, pero son necesarios más estudios para concluir que es efectivo en este sentido.

 

ANSIOLÍTICOS. No hay pruebas consistentes de que los ansiolíticos (fármacos para el manejo de la ansiedad, como el diazepam) ayuden a dejar de fumar, pero las pruebas disponibles tampoco demuestran lo contrario.

 

AUTOR:

Dr. Guillermo Soriano Tarín.

Médico. Asociación Española de Especialistas de Medicina del Trabajo