¿Qué pasa si colocamos a un menor con el abrigo en la silla de niños?

A los escépticos con este tema, que piensan que esto no es de vital importancia, les proponemos hacer una prueba. Se trata de colocar al menor con el abrigo en la silla y colocarle el arnés. Abrir la hebilla sin destensar el cinturón de arnés, quitarse el abrigo al menor y, sin tocar el arnés, volver a fijar la hebilla. Veremos que lo que queda es una gran holgura, que el menor va casi suelto en la silla de niños. En caso de colisión el abrigo es como si no estuviera, y lo que retendrá el cuerpo del menor es el arnés con esa holgura.

Cuando colocamos a un menor con un abrigo, lo que estamos haciendo es separar el sistema de retención que reducirá la velocidad del menor en caso de colisión del cuerpo de este. Solamente el arnés o el cinturón de seguridad son capaces de retener al menor, por lo que en caso de colisión habrá unos milisegundos donde no habrá retención. En esos milisegundos el menor continuará a la velocidad en que iba el vehículo hasta encontrar el arnés o cinturón de seguridad, en lugar de ser retenido desde un principio, que es lo que pasa cuando lo colocamos sin el abrigo. Eso se traduce en mayores lesiones y mayor desplazamiento de la cabeza, con el riesgo del temido impacto con el respaldo del asiento delantero.

 

Además, colocar el arnés o el cinturón de seguridad con abrigo desdibuja, en cierto modo, el cuerpo del menor y hace que no podamos asegurar que el cinturón está pasando por los puntos de retención correctos del cuerpo.

 

Los 3 principios básicos de la seguridad son la retención, la absorción y la desviación. Colocar abrigo a con la silla de niños como mínimo afecta a 2 de estos principios básicos, la retención, y la desviación.

 

Es normal que en invierno los coches estén fríos, las sillas heladas y eso nos puede hacer pensar que tardamos en llegar al cole solo 5 minutos y que no hace falta quitarse el abrigo. Para evitar esta situación, recomendamos siempre quitarse el abrigo, tantos los adultos como los menores, colocar una manta en los asientos traseros para que los niños puedan taparse si les apetece, pero siempre después de colocarse correctamente el sistema de retención, y encender la calefacción del coche.

 

No olvidemos que el 80% de los siniestros viales en España se producen en trayectos habituales de corta duración y conocidos, por eso debemos extremar la atención, tanto en la conducción como en la retención de los más pequeños y, también, la nuestra.

 

AUTOR:

Fundación MAPFRE