MÉDICOS DE FAMILIA, LOS MEJORES ALIADOS PARA MEJORAR LA SEGURIDAD VIAL

En España hay más de 36.000 profesionales de Atención Primaria que durante el año 2022 realizaron más de 262 millones de consultas, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2022. Son precisamente estas consultas las que establecen un vínculo de valor incalculable entre paciente y médico.

Los médicos de familia o de cabecera son, en definitiva, potentes aliados para seguir mejorando en seguridad vial y, por lo tanto, prevenir siniestros de tráfico en todos los conductores y resto de usuarios de las vías, pero especialmente en los más mayores.

 

Y es que el médico de Atención Primaria es quien mejor conocen las patologías y los fármacos que consumen sus pacientes. Son quienes mejor pueden asesorarlos para que dejen de conducir durante un tiempo en caso necesario, ya sea temporalmente por una incapacidad puntual, o de forma indefinida porque puede suponer un riesgo tanto para él como para el resto de usuarios.

No hay que olvidar que actualmente los conductores deben renovar su permiso de conducir cada 10 años hasta que se cumplen los 65 años de edad. A partir de ahí, se reduce a una vigencia de 5 años. Por supuesto, estos periodos pueden ser modificados si en el centro de reconocimiento se detectan patologías que obliguen a ello. El objetivo no es otro que garantizar que todos los conductores cuentan con las aptitudes psicofísicas óptimas o si, por el contrario, necesitan alguna adaptación o circular con alguna restricción. De hecho, estos centros de reconocimiento son los responsables de emitir los informes psicotécnicos previos y necesarios para prorrogar la vigencia del permiso de conducir.

 

Sin embargo, los profesionales de los centros de reconocimiento de conductores pueden no llegar a detectar ciertas enfermedades difícilmente visibles y, además, pueden desconocer los fármacos que el conductor consume si éste no se lo indica. Por lo tanto, se puede decir que los médicos de familia tienen la posibilidad de identificar conductores potencialmente de riesgo debido a sus amplios conocimientos del paciente y su historia clínica.

 

Desde la Asociación Española de Centros Médico-Psicotécnicos, ASECEMP, consideran imprescindible una mayor comunicación entre el médico de familia y el centro de reconocimiento de conductores. En una entrevista concedida a Seguridad Vial en la Empresa, el Doctor Bonifacio Martín Escurín, secretario general de la asociación, aseguraba que “es una demanda que reiteradamente realizamos a la Administración desde hace casi dos décadas”.

 

Como se ha indicado, los conductores más mayores son los que pueden acumular un mayor número de patologías, aunque, por supuesto, también es determinante en todas las edades. En las personas de avanzada edad es frecuente que se produzca un deterioro cognitivo o un cúmulo de enfermedades propias de la edad, como problemas visuales, auditivos o cardiopatías, entre otros. El consumo de fármacos también es mayor según se van cumpliendo años y hay muchos de ellos que pueden afectar a la conducción.

 

VITALES PARA LA PREVENCIÓN

 

Además de la detección de posibles patologías que dificulten la conducción, estos profesionales de cabecera pueden ir más allá y ofrecer recomendaciones para que la seguridad vial sea más efectiva. Un ejemplo de ello es, por ejemplo, cuando una mujer se ha quedado embarazada y no sabe hasta cuándo debe seguir conduciendo. Aquí también es muy importante el papel de la matrona y del pediatra, por ejemplo, en lo que se refiere a un correcto transporte de los niños en el vehículo, desde que nacen y salen del hospital y según van creciendo.

 

Cuando se produce una baja laboral o cualquier otra enfermedad, el médico de cabecera debe procurar también que sus pacientes no se pongan al volante si no se encuentran en buenas condiciones, ofreciéndoles las recomendaciones necesarias. No hay que olvidar que afecciones comunes como alergias o resfriados también pueden afectar a las capacidades para ponerse al volante, aunque sea momentáneamente.

 

Igualmente, hay muchos fármacos que tienen efectos secundarios y que incapacitan para la conducción como, por ejemplo, antihistamínicos, antidepresivos, hipnóticos, tranquilizantes o antihipertensivos, entre otros. La información es siempre la mejor prevención y ante cualquier duda, el conductor debe consultar a su médico o farmacéutico si puede seguir poniéndose al volante mientras consume estos medicamentos.

 

En lo que respecta a los más mayores, hay que estar seguros de que el conductor de edad avanzada es consciente de sus capacidades reales, especialmente en lo que se refiere a vista, audición, vigilancia y reflejos. El médico debe informar al mayor y a sus familiares de los riesgos en la conducción de cada caso particular, y desaconsejarla cuando sea necesario por su seguridad y la de todos. Como en otros muchos problemas de salud, la opinión del paciente y/o la familia deben ser tenidos en cuenta para dar consejos preventivos al respecto.

 

En este sentido, desde el Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas y Salud Pública de SEMERGEN se ha invitado a los médicos de atención primaria a desarrollar todas las actuaciones posibles para prevenir las lesiones de tráfico, invitándoles a evaluar los hábitos de conducción y hacer una revisión de la historia clínica en busca de fármacos y enfermedades que puedan interferir en la conducción. También se destaca la importancia de evaluar las enfermedades que presentan los pacientes, priorizando el estado funcional y las complicaciones que desencadenan, así como prescribiendo preferiblemente aquellos fármacos que no interfieran en la conducción. Por último, se les invita a realizar recomendaciones sobre distracciones, consumo de alcohol o hábitos de conducción, y que evalúen si existe riesgo de conducción insegura.

 

Y es que la salud y la seguridad vial están íntimamente unidas, no menosprecies tu salud a la hora de ponerte al volante.

AUTOR:

Fundación MAPFRE