Hipertensión arterial, ¿qué es y dónde acecha?

La hipertensión arterial, también conocida como HTA, es una enfermedad muy extendida en la sociedad actual y asociada a los malos hábitos que imperan en ella. Empezamos con su definición y como prevenirla y mejorarla con cambios en el estilo de vida.

Es importante aclarar antes de seguir que en esta entrada nos vamos a referir casi exclusivamente a la hipertensión conocida como esencial, primaria o idiopática, que es la causante del 95% de los casos de HTA y no a las secundarias, que están relacionadas con otros trastornos como pueden ser los renales.

Qué es la hipertensión arterial

De forma muy esquemática podríamos definir la hipertensión como un aumento de las resistencias de la propia red arterial a la circulación de la sangre, lo que conlleva un peligroso aumento de tensión del músculo cardíaco y de la presión en todo el árbol arterial.

En la práctica se considera hipertensión cuando de forma crónica la tensión sistólica se sitúa por encima de 140 mm Hg y la diastólica por encima de 90 mm Hg. Aunque, hay que matizar, que los niveles de tensión arterial varían con el sexo (es más habitual en hombres que en mujeres hasta la menopausia que se equilibra) y la edad, ya que aumentan a medida que se cumplen años porque los vasos sanguíneos van perdiendo flexibilidad.

Detección y disminución del riesgo

La importancia que tiene la prevención, detección y tratamiento de esta afección es que predispone a la aparición de trastornos que pueden llegar a ser mortales como insuficiencia cardíaca, angina, infarto, insuficiencia renal, trombosis, hemorragia o infarto cerebral, etc.

En ese sentido hay que mencionar el preocupante dato de que el 25,5% de las muertes totales ocurridas en la población española entre los 35 y los 64 años, están relacionadas con esta dolencia, según el Informe Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS). Y si sólo consideramos las muertes por enfermedades coronarias o el de las cerebrovasculares este porcentaje aumenta.

Además, la hipertensión tiene otra característica que la hace especialmente peligrosa y es que los síntomas pueden tardar en presentarse y cuando aparecen puede ser poco claros e inespecíficos. Es por ello que se le ha considerado, al igual que al estrés, el enemigo silencioso o, incluso, la muerte silenciosa.

Entre las señales que pueden hacernos sospechar que padecemos hipertensión se puede mencionar las cefaleas, dificultad respiratoria, mareos, dolor torácico, palpitaciones, sangrado nasal, visión borrosa o zumbidos en los oídos.

Prevención de la hipertensión

Sin embargo, la parte positiva, que también nos ha llevado a elegir centrarnos en esta enfermedad es que está muy relacionada con el estilo de vida, lo cual nos permite aportar conocimientos y sugerencias desde este blog para prevenirla o mejorar su evolución.

Efectivamente hay una serie de factores que influyen en ella que resultan poco modificables como el sexo, la herencia genética, la edad o la raza. Pero hay otros que sí podemos cambiar lo que nos permite seguir el consejo del estoico Epicteto de ejercitarnos en lo que podemos cambiar y no preocuparnos de lo que no depende de nosotros.

Entre los aspectos que podemos trabajar cambiando nuestro estilo de vida destacan:

  • Sobrepeso u obesidad. Los estudios realizados demuestran que la frecuencia de hipertensión arterial entre personas con obesidad, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos de la misma edad que estén en su peso ideal.
  • Exceso de sal en la dieta.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Cafeína, té y otros excitantes.
  • Estrés. Está comprobado que el estrés, la ira, la hostilidad y otras emociones negativas contribuyen a la HTA.
  • Vida excesivamente sedentaria.
  • Uso de anticonceptivos orales.

Una vez que en este post hemos realizado una primera aproximación a la hipertensión aportando una definición, la explicación de sus características y principales riesgos para salud en sucesivos artículos nos proponemos profundizar en como mejorarla con pequeños y grandes cambios en el estilo de vida, que también supondrán una mejora de otros aspectos de nuestra salud.