LA EDUCACIÓN VIAL COMO EJE FUNDAMENTAL PARA LOGRAR EL OBJETIVO CERO Y UN SISTEMA SEGURO

Durante el año pasado, más de un millón de personas perdieron la vida en siniestros de tráfico. Son vidas humanas truncadas en la carretera en incidentes que, en la mayor parte de los casos, son evitables.

“La educación vial es importante para que los niños desde pequeños sepan que pueden prevenir los siniestros de tráfico. Debemos tener comportamientos seguros y promover esa cultura”, ha afirmado Ana Pastor, vicepresidenta segunda del Congreso de los Diputados, durante la inauguración de la conferencia internacional Educación vial para el Objetivo Cero y un Sistema Seguro, organizada por Fundación MAPFRE y que ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados. Expertos en el ámbito académico, representantes institucionales y profesionales de la seguridad vial han coincidido en apuntar a la educación vial como un eje prioritario en la consecución de la ansiada meta: que nadie pierda la vida en la carretera o resulte herido de gravedad. Una educación vial que debe comenzar en los colegios pero que se debe alargar durante toda la vida.

 

“Como legisladores debemos seguir trabajando muy duro y haciendo posible que cualquier incorporación al elemento jurídico sirva para prevenir”, ha remarcado Ana Pastor durante su ponencia. Así, ha apuntado a la Estrategia de Seguridad Vial 2030 como la hoja de ruta para lograr reducir en un 50% los fallecidos y heridos en siniestros de tráfico y, por supuesto, conseguir el Objetivo Cero víctimas.

 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reconocido que el objetivo de reducir a la mitad los fallecidos en 2030 “no es una meta imposible de alcanzar pero sí un reto titánico”. Precisamente, ha señalado que “la educación vial juega un papel de importancia capital” para lograrlo. “La educación vial es el factor de más largo recorrido de nuestra política para implantar valores de movilidad segura. Todos debemos compartir una movilidad segura y estos valores solo se aprenden en los procesos formativos que deben estar presentes en todo el ciclo vital”, ha afirmado durante su intervención.

 

Por su parte, Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE, ha remarcado las nuevas formas de movilidad que han surgido como el carsharing, el motosharing, o los patinetes eléctricos y “la oportunidad de esta seguridad vial que está todavía por florecer” en la que la inteligencia artificial o el uso de datos nos pueden ayudar a conseguir ese Objetivo Cero. “Debemos buscar estas oportunidades que están delante de nosotros y que debemos saber aprovechar”, ha remarcado.

 

La eurodiputada Elena Kountura, ha querido mostrar la magnitud de los siniestros de tráfico en Europa. Y es que “250 personas mueren todas las semanas en las carreteras europeas y seguimos nuestras vidas como si fuera algo inevitable. Como si dos aviones Jumbo chocaran en un lugar de Europa todas las semanas”. En este sentido, aunque las carreteras europeas son las más seguras del mundo, las tasas son “lamentables” desde 2013. De hecho, el objetivo de reducir en un 50% los fallecidos en carretera en el periodo 2010-2020 no se consiguió. Por todo ello, pide que las inversiones de los fondos europeos se centren en la prioridad de salvar vidas. En este sentido, ha recalcado que desde el Parlamento Europeo se ha llamado a la creación de una nueva agencia para dar más poder a los Estados miembros.

 

EDUCACIÓN VIAL DESDE LAS AULAS

 

La incorporación de la educación vial en el currículo escolar marca, sin duda, un antes un después en la seguridad vial en España. De ser una materia transversal, pasa a ser troncal y se comienza a impartir desde primaria. Se han establecido objetivos específicos y evaluables en movilidad segura, sana y sostenible en primaria, secundaria y bachillerato. Sin embargo, esta formación debe continuar después. Aquí cobran gran importancia las escuelas de conductores, los cursos de sensibilidad y educación dirigidos a conductores reincidentes, los cursos sobre movilidad eficiente… Todo con el objetivo final de conseguir que la educación vial nos acerque más al Objetivo Cero.

 

Durante la jornada se ha puesto de relieve que la mortalidad aumenta bruscamente a partir de los 14 años de edad, momento en el que los jóvenes empiezan a desplazarse de forma independiente y algunos comienzan a acceder a vehículos como ciclomotores o patinetes. De hecho, el 50% de los fallecidos en Europa de entre 15 y 18 años es debido a un siniestro de tráfico. Esto pone de relieve la importancia de la educación vial.

 

“La educación vial se hace con alianzas”, ha recalcado María José Aparicio, subdirectora general de Educación y Formación de la Dirección General de Tráfico. Así, ha apuntado que en 1934 ya se recomendaba la educación vial en los colegios, pero ha sido ahora cuando se ha convertido en materia evaluable con unos objetivos concretos. “Sabemos que si algo no se evalúa termina por no impartirse”, ha apuntado. “Pretendemos que nuestros jóvenes hayan adquirido una serie de competencias cuando acaben su etapa escolar. Que hayan afianzado una serie de conocimientos. No solo que conozcan sino que comprendan estas aptitudes de respeto hacia una movilidad segura, sana y sostenible y, además, que lo hagan poco a poco afianzando conocimientos”, ha afirmado durante su intervención.

 

En esta línea, ha señalado que también es necesario abordar la educación vial en los conductores de bicicletas, de vehículos de movilidad personal… y ha resaltado la importancia de premiar a quienes se formen voluntariamente: “vamos a regular, a certificar, los cursos de conducción eficiente para que los conductores puedan realizar estos cursos en la recuperación de puntos”.

 

¿QUÉ OCURRE EN EUROPA?

 

Elena Kountura ha señalado durante su intervención que se deben incluir acciones de educación vial a nivel europeo, proporcionando medidas y directrices para todos los Estados miembros. Y es que considera “la educación vial como parte integral del abordaje seguro y como elemento importantísimo. La UE no tiene el poder de proponer leyes que hagan que la materia en educación vial sea obligatoria. Esto explica que hayan excluido la educación vial dentro de sus estrategias. Pedimos compromiso voluntario del sector educativo haciendo que la educación vial forme parte del currículo básico”, ha solicitado. De hecho, considera que “las limitaciones de la UE en materia de educación no son excusa. Estamos hablando de voluntad política. El Marco 2021-2030 no tiene acciones para mejorar la calidad y la impartición de la educación vial en Europa”.

 

Y es que, según el Proyecto LEARN, que ha detallado Antonio Avenoso, director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), muchos países de la Unión Europea no ofrecen educación vial en la etapa escolar a pesar de que “la educación forma parte del rompecabezas”. Así, ha señalado que 809 niños y jóvenes de menos de 18 años de edad fallecieron en 2020 en Europa y más de 11 mil han fallecido concretamente entre 2011 y 2021. El informe LEARN!, realizado por el ETSC con el apoyo de Fundación MAPFRE y la VSV, pone de manifiesto que la oferta de este tipo de educación difiere mucho en toda Europa y que la mayoría de los países no cumplen sus compromisos de enseñar educación vial en los centros escolares. Así, solo el 69% de los Estados imparte educación vial en educación infantil y el 81% lo hace en Secundaria.

Ante estos datos, desde el ETSC se pide a la Comisión Europea que se desarrollen herramientas para diseñar, aplicar y evaluar la educación en materia de seguridad vial y movilidad, estableciendo indicadores clave de rendimiento (KPI) y animando así a todos los Estados miembros a garantizar una educación vial que comience en la escuela y se desarrolle de forma permanente.

 

HACIA UNA EDUCACIÓN EN VALORES

 

La educación y formación deben estar en todas las etapas de la vida. Y es que la movilidad está cambiando de manera constante y rápidamente. El coche autónomo es un ejemplo de ello. “Cuando hablamos de coches autónomos, la ética y la educación vial tienen mucho que ver”, ha asegurado Jean-François Bonnefon, presidente del grupo de trabajo independiente de la Comisión Europea sobre dicha temática. “La gente tiende a pensar que es muy segura conduciendo, de hecho, la mayoría creen que son un 75% más seguros que el conductor promedio. Y seguramente, en la mayoría de los casos, no es cierto. Esto es un problema generalizado. La mayor parte de los usuarios se subiría a un coche autónomo si alcanzásemos un nivel de seguridad que supere al 80-90% de seguridad que tiene el conductor promedio”, ha señalado.

 

Por su parte, Luis del Río, Fiscal coordinador de Seguridad Vial, ha detallado que “la educación es una herramienta de máximo nivel para conseguir el avance hacia una movilidad que sea sostenible, segura, sana…”. Sin duda, se trata de un mecanismo de prevención de delitos viales. Sin embargo, este instrumento “llega tarde y puede reparar de forma muy limitada la restauración a las víctimas. La satisfacción para las víctimas nunca va a ser suficiente”, ha apuntado.

 

DESDE UNA PERSPECTIVA INTERNACIONAL

 

En Boston se está desarrollando un importante trabajo para implantar la Visión ZERO. David P. Mooney, director del Centro de Trauma del Boston Children´s Hospital de Estados Unidos, ha detallado que solo el 70% de los conductores usa el cinturón de seguridad y el 90% de las personas envía mensajes de texto mientras conduce. Y la policía no puede pararles por ello. La educación ha sido uno de los principales pilares para definir la Visión ZERO y han empezado a centrar las bases estableciendo alianzas son los colegios y acudiendo a estos centros. Gracias a este trabajo han llegado a más de un millón de padres y niños. A pesar de su gran esfuerzo, son conscientes de que “hasta dentro de 5 o 10 años no vamos a saber si esto va a tener mucho éxito o no”.

 

Por su parte, Frederico de Moura Carneiro, secretario nacional de Tráfico de Brasil, ha dado a conocer Pnatrans, la acción del país para combatir la siniestralidad vial. Y es que nada menos que 32 mil personas fallecen en las carreteras brasileñas al año. “La educación es el pilar más importante. Estamos revisando los permisos de conducción e incluyendo el concepto de educación vial desde la primaria y secundaria. Con Fundación MAPFRE hemos establecido cursos de formación para profesores, para que aprendan a enseñar a los niños sobre estas materias y miles de niños están recibiendo esta formación”, ha remarcado.

 

A continuación, Rune Elvik, del Instituto de Economía del Transporte de Noruega, ha señalado que reducir la velocidad ha sido, sin duda, el factor que más ha contribuido a reducir la siniestralidad vial en su país. Le siguen la mejora de las carreteras y los coches más seguros.

 

Por su parte, Filippo Randi, presidente de la Federación Europea de Víctimas de Siniestros de Tráfico (FEVR) ha dado voz a las víctimas y ha señalado la importancia de “la educación para la vida, para que prevalezca la vida”. Las víctimas nunca se reducen, suman menos o suman más. Nunca disminuyen’, ha añadido a la hora de apuntar que la formación de calidad es importante para adquirir las competencias necesarias como autocontrol, observación, asimilación de las normas…

 

Julio Domingo Souto, director general de Fundación MAPFRE, ha remarcado que “no estamos donde nos gustaría estar en materia de reducción de la siniestralidad vial” y que en 2023 deberíamos tener avances significativos” mientras que María Lidón Lozano, secretaria general de la Dirección General de Tráfico, ha puesto en valor que “si bien es necesaria la gestión de la Administración, es importante la complicidad y participación de la sociedad civil” en este Objetivo Cero. Así, aunque hay retos importantes que dan cierto vértigo, considera que se pueden conseguir. “Ojalá estemos aquí todos pronto diciendo que hemos logrado este objetivo”, ha concluido.

 

Teodoro García Egea y Maribel García López, presidente y vicepresidenta de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso de los Diputados, respectivamente, han cerrado la jornada apuntando a los retos que surgen con las nuevas formas de movilidad y cómo conferencias internacionales como esta son clave para aunar a la sociedad civil, la Administración y los profesionales. Todos bajo el mismo Objetivo Cero.

AUTOR:

Fundación MAPFRE