Averigua por qué la autoestima está pasando de moda
¿Por qué algunas personas tienen miedo a hablar en público? Por un problema de autoestima ¿Por qué algunas personas se sienten tan mal cuando los rechazan? Por un problema de autoestima ¿Por qué algunas personas se sienten dependientes cuando están solas ante el peligro? Por un problema de autoestima ¿Por qué algunas personas van siempre a lo seguro evitando probarse a sí mismos? Por un problema de autoestima. Y al contrario, ¿por qué algunas personas se sienten por encima de los demás y parecen encantadas de haberse conocido? ¡Por un problema de autoestima! La autoestima es una explicación omnipresente en los últimos tiempos. Y aunque es cierto que ha ayudado a comprender muchos problemas, a veces se ha abusado del concepto dando lugar a cierta confusión.
Uno de los grandes errores fue el movimiento pro-autoestima en el sistema educativo de EE.UU. Durante años, el profesorado, sin formación adecuada sobre el tema, evitó enviar mensajes negativos sobre las habilidades o rendimiento de sus alumnos para proteger su autoestima. El resultado fue desastroso. Una generación de estudiantes creció sin enfrentarse a la frustración o el fracaso lo cual tuvo efectos negativos en muchos de ellos cuando después se enfrentaron al mundo real en donde equivocarse sí tiene consecuencias.
Otro problema es la diferencia entre autoestima alta y autoestima inflada. Si tener la autoestima baja es un problema, una autoestima elevada debería ser muy bueno. Y no es así exactamente. Muchas veces la autoestima alta se convierte en un problema también ya que puede generar actitudes narcisistas y egocéntricas. Para solventar esta confusión, algunos psicólogos empezaron a hablar de autoestima sana vs. autoestima inflada o frágil. La autoestima alta, cuando es frágil, se asocia a comportamientos suspicaces y defensivos, como por ejemplo echar la culpa de todo a los demás (y nunca a uno mismo). Además, por si fuera poco, cuando las cosas se tuercen, estas personas sufren un cierto riesgo de sufrir un episodio depresivo.
Las investigaciones más recientes plantean la necesidad de sustituir el término autoestima por el de autoaceptación. De forma sencilla, la autoaceptación hace referencia a si la persona se siente a gusto en su propia piel, independientemente de si percibe más o menos cualidades o defectos en sí mismo. Esto permite dejar claro que lo importante para sentirse bien con uno mismo no es destacar sobre los demás, sino aceptar de forma afectuosa la realidad de uno mismo para, a partir de ahí, plantearse el ir mejorando poco a poco.
Hablar de autoaceptación permite normalizar el hecho de poder recibir críticas cuando algo sale mal. La clave consiste en ser capaces de mantener hacia uno mismo un trato cálido y comprensivo -que no complaciente- ante la equivocación o la incapacidad. El exceso de culpa y la hostilidad hacia uno mismo tienden a bloquear nuestra capacidad para aprender. Por eso, la autoaceptación nos ayuda a digerir el fracaso y nos orienta hacia el crecimiento.
Si repasamos la lista de situaciones que enumerábamos al principio, nos daremos cuenta de que algunas de ellas son situaciones habituales e incluso inevitables. De hecho, un paso clave es entender que sentir baja autoestima como emoción -algo diferente de la baja autoestima permanente- es completamente normal en muchas situaciones. La autoestima es una señal que nos avisa de que quizá debemos mejorar o esforzarnos más. Llevarnos bien con nosotros mismos, la autoaceptación, nos ayudará a normalizar dichos sentimientos de baja autoestima y a usarlos, siempre que sea posible, de trampolín hacia la mejora personal.
AUTOR:
Gonzalo Hervás Torres
Universidad Complutense de Madrid