Alimentación en personas mayores
La dieta mediterránea tradicional es un patrón alimentario saludable para todas las edades, en especial para las personas mayores.
- Evitar alimentos ricos en grasa, azúcares y sal, tales como embutidos, dulces, bollería, bebidas y alimentos azucarados.
- Asegurar un aporte adecuado de calcio a partir de lacteos bajos en grasas, legumbres, frutos secos o verduras.
- Legumbres, cereales integrales, frutas, hortalizas y frutos secos, son fuentes naturales de fibra, que favorecen el tránsito intestinal y evitan el estreñimiento, muy frecuente en estas edades.
- Tomar cada día al menos un ración de pescado, huevos o carne magra, además de lácteos bajos en grasa, pues proveerán de las proteínas necesarias para evitar la pérdida de masa muscular, típica en personas mayores.
- Debe asegurarse la ingesta correcta de agua para evitar la deshidratación. Pueden utilizarse, además de agua, caldos, sopas bajas en grasa y zumos de frutas. En caso de problemas de deglución de líquidos pueden añadirse espesantes neutros.
- Distribuir los alimentos en varias tomas al día y asegurar que las comidas son apetitosas, variadas y que se ajustan a las preferencia personales y opciones culturales y religiosas. Esto es especialmente importante en personas que viven solas.
- Prácticar actividad física al aire libre con una protección solar adecuada. Fortalecerá los huesos y facilitará la correcta activación, por la radiación solar, de la vitamina D, esencial para la salud ósea.
- En casos de una alimentación pobre o deficitaria, debe consultarse al médico o al dietista-nutricionista para valorar la necesidad de suplementar la alimentación.
- Los cambios fisiológicos, la presencia de enfermedades crónicas y la polimedicación, incrementa el riesgo de malnutrición en personas mayores, por lo que su estado nutricional debe estar convenientemente monitorizado por un profesional sanitario.
AUTOR:
Academia Española de Nutrición y Dietética