10 tips para perder peso de forma saludable

Cuando decidimos perder peso, la mayor parte de las veces estamos motivados por un objetivo a corto plazo: porque llega el verano, para compensar los excesos de las celebraciones, para asistir a algún acontecimiento social, porque hemos sido deslumbrados por los resultados de algún conocido o famoso, etc. Eso provoca que nos entren las prisas para reducir esos kilos de más que se han ido acumulando a lo largo del tiempo.

Esa forma de actuar nos lleva a buscar alguna dieta o tratamiento de choque que prometa un descenso rápido de peso sin darnos cuenta los riesgos que eso tiene sobre nuestra salud y estado de ánimo. Así que empezamos diciéndote que no existe algo así te vaya a hacer perder peso de forma rápida y duradera, sin esfuerzo y sobre todo sin poner en riesgo nuestra salud. ¡Las dietas milagro no existen!

Cambio de hábitos

¿Y si en vez de plantearlo así pensamos en cambiar de forma permanente nuestros hábitos para comer mejor? Con esa elección no solo favoreceremos esa pérdida de peso, sino que también nos sentiremos con más energía y vitalidad, de mejor humor. Asimismo, el sufrimiento y la fuerza de voluntad necesarios para conseguirlos serán menores.

Ten en cuenta que cuando pensamos en perder peso lo asociamos a dietas hipocalóricas muy restrictivas pueden tener efectos perjudiciales sobre tu comportamiento y emociones: relación ansiosa con la comida, cambios de humor, debilidad y falta de energía. Lo que, muchas veces, conduce al desanimo y la frustración y al abandono de los buenos propósitos.

Consejos para perder peso

En vez de eso, para lograr este objetivo de perder peso, te proponemos algunos pequeños cambios que puedes ir incorporando progresivamente en tu alimentación y con los que sí vas a conseguir resultados duraderos. Si te suponen un cambio radical en tus hábitos de alimentación actuales, es mejor que vayas introduciéndolos progresivamente. Empieza por los que consideres más fáciles de mantener y ve aumentándolos hasta que todos ellos formen parte de tu alimentación.

1.- Come comida real

Compra y consume alimentos saludables, lo menos procesados posibles. Los buenos criterios que te ayudaran a seleccionar los buenos alimentos son preferir los que no llevan etiquetas o tienen pocos ingredientes. Lo conveniente es que, al menos el 85% de tu alimentación, se base en comida de verdad, en materias primas no en procesadas.

2.- El tamaño sí importa

En este caso el tamaño de la ración sí importa. No te recomendamos pesar los alimentos porque es engorroso y aburrido, pero sí es importante que controles el tamaño de las porciones que ingieres, especialmente de guarniciones, aliños y salsas. Es tan sencillo como utilizar platos y cuencos más pequeños.

3.- Planifica tus comidas

Una buena organización tanto en la compra como en la preparación de menús te facilita la incorporación de hábitos de alimentación sanos en nuestro día a día. De esa forma evitaras la improvisación y tomar decisiones poco saludables por exceso de prisas o falta de tiempo o ganas.

4.- No te bebas las calorías

El consumo de bebidas azucaradas es una de las causas actuales del aumento del sobrepeso y la obesidad sobre todo en la infancia. En la medida que puedas sustitúyelas por agua como bebida principal y compleméntala con otras alternativas saludables: infusiones, aguas saborizadas, etc.

5.- Evita que la tentación llame a tu puerta

Una de las cuestiones más importantes cuando empiezas a cuidar tu alimentación, es el entorno del que te rodeas. Si evitas tener tentaciones a tu alcance como bollería industrial, snack salados, alimentos ultraprocesados, te será más fácil comer sano. Procura que ocupen un lugar de difícil acceso en tu nevera o despensa y, con el tiempo, compra cada vez menos hasta prescindir del todo de estos alimentos con escaso aporte nutritivo.

6.- A la compra con el estómago lleno

La forma en que percibimos los alimentos cambia en función de si tenemos hambre o estamos saciados. Por eso, como hemos comentado antes, una lista planificada evitará las compras de última hora y los caprichos que no necesitamos. El ansía en la mesa no ayuda a perder peso, pero tampoco durante la compra. Hacerla rápido y corriendo cuando se tiene hambre o ganas de volver a casa suele pasar factura a nuestra salud.

7.- Actívate

Hacer ejercicio físico te ayuda a quemar calorías sobrantes. Pero es que, además, fortalece músculos y huesos y contribuye a eliminar el estrés y dormir mejor. Como ya hemos aconsejado en post anteriores, busca un deporte que te guste y que no te vaya a dar pereza practicar. Y si no te gusta ninguno empieza caminando, sube escaleras, baja una parada antes del autobús, no utilices el coche en desplazamientos cortos, etc.

8.- No descuides el descanso

Cuando descansas adecuadamente, estas favoreciendo la pérdida de peso. Un descanso reparador evita algunos problemas metabólicos como los relacionados con las hormonas que regulan el hambre: leptina y grelina. Cuando estas no funcionan correctamente, te pueden producir mayor sensación de hambre y llevarte a ingerir mayor cantidad de alimentos.

9.- La báscula no manda

No te obsesiones con la báscula. Pesarte de forma frecuente lo único que hará es aumentar tu frustración y desánimo si no ves los números que esperas ver. Es un número, pero no la única variable que define lo saludable que te encuentras. Por eso valora también si te cansas menos, si tienes más vitalidad, si las digestiones son menos pesadas. Porque el objetivo debe ser que te encuentres mejor tú no la báscula.

10.- Diviértete investigando

Una forma de motivarse a seguir adelante y que perder peso no se convierta en una tarea aburrida y pesada es que descubras ingredientes y recetas nuevos. También compartir las experiencias y sugerencias que otras personas aportan en páginas webs, blogs, redes sociales, etc. Implícate en el cambio y vívelo como algo gozoso y gratificante.